martes, 3 de mayo de 2011

IV.2.3 GENEALOGIAS Y RED DE PARENTESCO EN MEDIO URBANO
Como en el medio rural el concepto de segmentos de linaje y parentelas es pertinente para analizar el parentesco en la sociedad urbana.
Elizabeth Both distingue entre el parentesco efectivo (parientes con los cuales se mantiene una relativa intimidad), el parentesco no afectivo (parientes con los cuales no hay contacto y de los cuales sólo se conocen un determinado número de informaciones) y los parientes lejanos (de los cuales no se sabe nada sino que existen).
Igualmente Firth distingue el parentesco reconocido del parentesco nombrado; el segundo era más restringido que el primero, pues comprendía exclusivamente los parientes que podían designarse por el nombre.
El principio de selectiva parece ser característico del sistema de parentesco en las sociedades occidentales; juega a la vez en el establecimiento y para el contenido de las relaciones sociales; funcionan como un sistema de referencia social.
IV.2.4 FUNCIONES DEL PARENTESCO
Se tiene una tendencia excesiva a reducir la relaciones con el parentesco a funciones afectivas, rituales o simbólicas. Es con motivo de los grandes ritos del pasaje de la vida (sobre todo el entierro) cuando se invita a la mayor cantidad posible de parientes. Más allá de los contactos, visitas, intercambios de servicios y de reuniones familiares, el parentesco crea un conjunto de obligaciones morales más o menos contingentes y proporciona un marco de referencia que tiene su propia importancia en relación a otros marcos de referencia tales como la profesión, el barrio de residencia, o la región de origen. Esta concurrencia con otros subsistemas sociales es característica del sistema de parentesco en las sociedades urbanas.
IDENTIFICACION
La existencia latente de las redes de parentesco reviste gran importancia en una sociedad que aísla al individuo: volvemos a encontrar la idea de la fa refugio. Ya no se trata aquí de sumergirse en el grupo doméstico conyugal, sino de situarse en la red familiar que permite identificarse en el tiempo y en el espacio. El por esta historia familiar por lo que se sabe quién se es y de donde se viene.
Las redes proporcionan un sentimiento de estabilidad, de pertenencia, funcionan como un sistema de identificación.
Las relaciones de parentesco constituyen un medio de acceso a la comunidad. Es cierto que no es el único medio que existen agrupamientos formales, y cada vez más en la actualidad, que proporcionan a los extraños los medios de integrarse. A pesar de todo, el parentesco sigue siendo un medio privilegiado de acceso a los otros, a la creación de relaciones sociales.
ACCESO AL MERCADO DE TRABAJO
El parentesco sirve a menudo para penetrar en el mercado de trabajo, sobre todo para un primer empleo. En lo alto de la escala social, la referencia a tal miembro del parentesco sirve de identificador y puede pesar tanto como el diploma en el momento de la selección.
IV.2.5 PARENTESCO Y MEDIO URBANO
Cuanto más estable es el grupo más antigua es la residencia; cuanto más débil es la movilidad social y residencial tanto más se multiplican y se superponen las relaciones de parentesco hasta el punto de constituir una sociedad de interconocimiento, como en la aldea o en los barrios antiguos de las ciudades. Debemos preguntarnos acerca de los efectos de las renovaciones urbanas sobre la extensión de las redes de parentesco. En este tipo de comunidad urbana en la que nadie se conoce, el estatus sustituye a la red de conocimientos mutuos. Puesto que uno ya no puede ser identificado por un miembro de su parentesco. el individuo se encuentra identificado por los otros con la ayuda de criterios exteriores: el modo como van vestidos los hijos para ir a la escuela, la marca del automóvil, los cuidados dispensados al huerto. Red de parentesco y de sociabilidad funcional, pues, sobre criterios diferentes y no son substituibles entre sí.
¿Puede sostenerse que cuanto menos propicio es el medio urbano para las relaciones humanas menos interacción tienen los individuos con los otros en el marco de la vida cotidiana y el parentesco se encoge alrededor del grupo doméstico? Este fenómeno parece efectivamente constatado en la aglomeración parisina.
Sin embargo, la importancia de una red de parentesco no se mide solamente por las funciones tangibles que puede cumplir; el parentesco remite a todo un imaginario en acción, y su papel quizá es más importante por esta función latente.
El imaginario familiar también es el confortable seguro que en un mundo en el que la familia va mal la vuestra en particular va bien.
IV.2.6 PARENTESCO Y CLASE SOCIAL
La hipótesis la movilidad social, que a menudo es una movilidad geográfica, relajaría considerablemente las relaciones de parentesco entre padre e hijos casados, y más todavía las propias de la parentela. En relación a la interacción constatada dentro de la clase obrera, la clase media tiene relaciones de parentesco menos densas. Un matrimonio que conoce un ascenso social está dispuesto a sacrificar las ventajas de la proximidad residencial por las que ofrecen un mejor empleo en una ciudad o una región alejadas. Este matrimonio adquirirá nuevos comportamientos culturales, y la sociabilidad de la amistad reemplazará a la sociabilidad familiar.
La clase media en ascenso social, en efecto, adquiere toda una cultura de ocio desconocida por la clase obrera. Esta sustituye quizá a todas las formas de sociabilidad familiar por las que se desarrollan con la civilización del ocio. Con el trabajo, la familia deja de ser el único polo de atracción de la vida social.
Resulta difícil, sin embargo, mantener un discurso único sobre las redes de parentesco y de sociabilidad de esta categoría social. La clase media inglesa sus límites son imprecisos. Hemos señalado la fuerte interacción en el seno del parentesco dentro de las clases medias inglesas.
Para las clases superiores, las opiniones parecen más coincidentes. Pueden dispensarse las relaciones de parentesco en la medida en que los medios financiaron permiten comprar los servicios proporcionados por el parentesco en otras clases sociales. Al igual que en las clases medias, existe también una interacción social importante fuera del parentesco. Por el contrario, en estas categorías es donde observamos la ayuda financiera más importante es bienes y servicios, sobre todo en el momento de instalación de los hijos casados. en las clases superiores, el parentesco proporciona apoyo material y moral para mantenerlo.
Numerosos estudios coinciden en considerar la clase social como una de las variables principales de la existencia de las relaciones con el parentesco; sin embargo, ya no se puede sostener que la industrialización ha cortado el grupo doméstico de su grupo de parentesco.
IV.3 RED DE PARENTESCO CONTRA FAMILIA NUCLEAR: UNA POSICIÓN IDEOLÓGICA.
El paso ideológico de la familia nuclear. La ideología de la familia nuclear proclama el derecho del individuo a elegir su cónyuge, al igual que el lugar donde quiere vivir y los parientes que quiere tener. La familia nuclear, es portadora de un ideal de democracia y de libertad.
Así pues, no nos sorprenderemos de que una imagen y una ideología de la familia nuclear sean vehiculados por la prensa y la televisión.
LA FORMACIÓN DEL GRUPO DOMESTICO
V SOCIOLOGÍA HISTÓRICA DEL MATRIMONIO
De entrada, podemos considerar como falsa esta idea recibida: hoy día uno se casa por amor, antaño de casaban por interés, hoy día se elige libremente, antaño uno era casado por sus padres.
V.1 DE LA ALIANZA AL MATRIMONIO
En una sociedad de religión y de moral cristiana, el matrimonio está fundado por un derecho que reglamenta la sexualidad. Dentro de un cuadro jurídico-eclesiástico, la institución se inscribe en contexto sociales, económicos y culturales muy variados.
V.1.1 EL MARCO RELIGIOSO
el derecho canónico elaborado en el siglo XII define el matrimonio como un sacramento indisoluble cuya materia está constituida por el consentimiento mutuo de los esposos.
Estos matrimonios que prescindían del consentimiento de los padres siempre eran portadores de desorden social.
Un cierto número de fenómenos económicos y sociales ha conducido a los padres a reafirmar su autoridad sobre los hijos, para la elección de su cónyuge, con el fin de que el orden social no se apuesto en peligro. Las clases aristocráticas, las más influyentes sobre el poder eclesiástico y laico, presionaron para obtener nuevas reglamentaciones que afirman la autoridad paterna, e hicieron del matrimonio no tanto la unión de dos individuos, sino la alianza de dos parentelas y de dos patrimonios.
Los textos del concilio de Trento y las ordenanzas reales de finales del S XVI y principios del XVII van a establecer la doctrina oficial del matrimonio que permanece en vigor hasta el S.XIX, teniendo en cuenta los arreglos que aportaron la Revolución y el Código civil.
La mayoría de edad requerida para el matrimonio entonces era de treinta años para los hombres y de veinticinco para las mujeres. Hasta esta edad, los hijos debían solicitar el consentimiento de sus padres; más allá, sólo tenían que pedir su opinión.
Hasta el concilio de Trento, el sacerdote sólo era un testimonio del compromiso de los esposos; luego se le dio una parte activa en el acto sacramental; debe unir los esposos en matrimonio.
En los siglo XVII y XVIII, la naturaleza del matrimonio evoluciona del sacramento al contrato, en parte bajo la influencia de la Reforma que rechazaba el carácter sacramental del matrimonio, y en el S XVIII bajo la influencia de los juristas de la escuela llamada "de derecho natural".
Pero el sacramento y el contrato son cosas bien diferentes: a uno están vinculados los efectos civiles, al otro las gracias de la iglesia: Los dos aspectos se disociarán totalmente con la Revolución que marca el desenlace final de las dos tendencias, exigiendo una ceremonia civil para dar validez a la ceremonia religiosa.
DEMOGRAFÍA DEL MATRIMONIO
A pesar de estas restricciones, se descubren algunas evoluciones. En primer lugar, la nupcialidad reacciona a los mismos factores demográficos. Bajo el Antiguo Régimen, en los períodos de grandes mortalidades debidas a las epidemias, la curva de los matrimonios tiende hacia cero. Esta curva es igualmente sensible a las crisis económicas que constituyen otro freno.
Los acontecimientos políticos (guerra, revolución,) tampoco son favorables a la nupcialidad. Algunas medidas legislativas, por el contrario, han contribuido a favorecer la nupcialidad, y sobre todo la disminución de la edad de matrimonio, que ha sudo restablecida, bajo la Constituyente, a los veintiún años, edad a partir de la cual el consentimiento de los padres ya no es necesario. Se observa entonces un avance importante de la nupcialidad, pero es pasajero.
Desde 1740 hasta nuestro días, el número absoluto de matrimonios, con excepción de épocas conflictivas a causa de las guerras, no deja de crecer lentamente, mientras que la tasa bruta de nupcialidad se mantiene más o menos estacionario.
En revancha, el período del año en el que tienen lugar los matrimonio ha cambiado mucho. Los movimientos estacionales antiguos están caracterizados por alternancias de intensa actividad y momentos vacíos. En los siglos XVII y XVII. En estas épocas, los matrimonios se celebran sobre todo en febrero y en noviembre, julio y agosto son meses huecos porque los grandes trabajos agrícolas de los campos.
También son preferidos algunos días de la semana: no se casan los viernes. Tampoco se casan en jueves. El domingo también estaba prohibido.
Hoy día, los matrimonios se celebran a lo largo de todo el año, con una preferencia por los meses de verano; cerca del 80 por 100 tienen lugar el sábado.
CELIBATO
En el siglo XVIII, la proporción de solteros definitivos está comprendida entre el 10 y el 15 por 100 entre las mujeres; entre los hombres todavía es más débil, puesto que los hombres eran menos numerosos en razón de una mortalidad y de una emigración más fuertes.
En el siglo XX, el celibato es más frecuente entre los hombres como consecuencia de la emigración masculina, el descenso continuo de los nacimientos ha puesto en presencia efectivos femeninos constantemente inferiores a los efectivos masculinos.
En los períodos antiguos, la escasez relativa de celibato se explica por la necesidad del matrimonio para acceder al estatus social adulto. En un tiempo en el que el grupo doméstico y explotación agrícola o artesanal se confunden. El soltero es un marginal. No hay "elección" de una vida de soltero, sino el celibato religioso o militar, estado abrazado a menudo como un mal menor. Para las ciudades, parece que la proporción de solteros sea más elevada que en el campo.
EDAD DE MATRIMONIO
Numerosos comportamientos familiares dependen de la edad a la cual los jóvenes tienen costumbre de casarse, la cual, a su vez, está en función de condiciones sociales, económicas, culturales.
Contrariamente a una idea comúnmente aceptada en nuestros días, antaño la gente no se casaba joven. La Europa de los siglos XVII y XVIII ofrece incluso un modelo que parece único dentro del abanico de culturas, caracterizado por una elevada edad del matrimonio, ligado a la necesidad de un establecerse independientemente. La conjugación de numerosos factores conduce a una edad tardía de matrimonio, con la excepción de las familiar aristocráticas, cuyos hijos se casaban en promedio a los veintiún años y las hijas a los dieciocho, la edad media en las clases populares de las ciudades y medios rurales es de veintisiete-veintiocho años para los hombres y veincinco-veintisesis para las mujeres.
La consecuencia importante de este retraso en el matrimonio es el acortamiento del período de fecundidad de la mujer.
La edad tardía en el matrimonio constituye, según los términos célebres de Pierre Chunu, "la verdadera arma contraceptiva de la Europa clásica". Respuesta consciente o inconsciente a un mundo en crecimiento demográfico, en el cual los recursos se mantenían estables.
La evolución de la edad del matrimonio, bajó considerablemente a lo largo del siglo XIX.
La reducción de

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